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Ella es prisionera, está atrapada en su propia coraza, no puede
Salir, ni escapar; se desespera, llora, y sus lagrimas caen sobre
Los duros y gruesos barrotes de su prisión; un simple hueco, rustico,
Primitivos. Su condena es actual, su cuerpo delicado y definido lo
Delatan… Acaso es alguna diosa condenada por desobedecer las órdenes
Del gran Zeus, ¿Será Artemisa? ¿Iris?... por las hojas que vibran de vida alrededor
De su pelo, se podría decir que es una ninfa prisionera de algún perverso mortal.
Pero ella no sufre, o de pronto no lo demuestra. Tal vez tampoco ha sido secuestrada,
Ni es una ninfa, De pronto, solo es una mujer quiere estar sola por un momento y sentir la
Bella soledad, escuchar su Propio silencio, y así, ser liberada por su propia reflexión.
Y que es esa posición que toma, en este pequeño lugar, de reflexión, de sufrimiento,
De tantos sentimientos juntos y que al mismo tiempo quedan impregnados en esta mujer.
De pronto se podría decir que al reflexionar siente arrepentimiento, tristeza; sufre por sus
Errores y por lo que pudo cambiar pero no quiso, y quisiera devolverse al pasado y cambiar
Todo, con un abrir y cerrar de ojos, para al fin poder quedar libre de la represión que la tiene
Prisionera.
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